OBSERVARMONÍA
QUÉ ES
Somos como observamos,
observamos como somos.
Y tú ¿cómo observas tú la realidad?
¿Cómo miras lo que ves?
Es un centro de crecimiento y desarrollo personal y profesional que ofrece acompañamiento a personas, grupos y equipos desde una base integrativa de las siguientes disciplinas.
- Psicología
- Coaching Integrativo
- Consciencia corporal y movimiento expresivo
OA es un espacio de acompañamiento reflexivo, creativo, de cambio y transformación. Un espacio para descubrir cómo estamos observando y como nos relacionamos con aquello que nos sucede. Al reconocer cómo condiciona el tipo de observador que estamos siendo, se inicia un proceso de cambio que amplía la visión, los recursos, las oportunidades y las posibilidades.
Ofrece distintas modalidades para descubrirse, reconocerse y diseñarse; desde el lenguaje (pensamiento), la emocionalidad y la corporalidad; y dar sentido, coherencia, dirección y disfrute al ser que somos, para ser creadores activos de nuestra propia vida.

OBSERVARMONÍA
PARA QUÉ
Si pasa por tu experiencia,
desde el silencio de tu escucha,
lo necesario emerge.
Tú eres la danza. Siempre puedes elegir cómo bailar la música que la vida te ofrece.
Para conocer, conocernos y evolucionar necesitamos observar. No sabemos cómo es la realidad, sólo sabemos cómo la observamos o cómo la interpretamos. Somos observadores de la realidad que vivimos y la sesgamos con nuestra mirada.
OA nace para que las personas tomen conciencia de cómo observan su realidad, como se relacionan consigo mismos, con los otros y con la vida, y cómo esta forma puede abrirles o cerrarles posibilidades. Al reconocer el tipo de observador que somos, se inicia un proceso de cambio que amplía la perspectiva, los recursos personales, las oportunidades y las posibilidades de acción.
El reconocimiento de uno mismo, no es desde el reflejo exclusivo de la mente sino desde un viaje que permite observar, comprender y utilizar a su favor tres dominios básicos: lenguaje (pensamiento), emoción y corporalidad. Este proceso permite tomar decisiones conscientes (no automáticas) para poder elegir acciones coherentes a lo que se siente, se piensa y se desea.
Al relacionarnos con nuestros tres dominios de forma coherente, surge la armonía, un estado del cuerpo que permite observar con serenidad, aceptación y fluidez la realidad que vivimos.